…tal vez si hubiese tenido libertades ilimitadas hubiese aprendido a trabajar de otra forma, no lo sé, lo único importante es que salió bien, sin embargo, esto no quiere decir que no cometí errores.
Deja que tus miedos te empujen adelante.
OK, decido dejar la publicidad que me carcome el alma y me lleva casi a la locura y tomo valentía, me aventuro, decido dejar el camino seguro para dar un salto al vacío y empiezo a cabalgar mis sueños… voy a hacer mi opera prima.
“Volver a Morir”, una película que rodé con menos de 6 mil dólares en efectivo, en solo 13 días y que fue distribuida en 90 países, doblada en 6 idiomas y con gran reconocimiento de público especializado.
¿Cómo logré esto sin dinero?, de la única forma posible… tomando decisiones correctas.
La primera y la más importante en mi caso fue: “Hacerla con lo que tenía a la mano”. Digo “en mi caso” porque no siempre es el camino correcto para todos, de hecho, el truco para sacar adelante una película está en tener una mezcla de dinero, talento, obstinación y varios grados de locura… Claramente yo no tenía dinero. ¿Y qué tenía?,… bueno, una locación espectacular (quitale 5 mil al presupuesto), algunos soportes que había fabricado yo mismo (Quitale otros 20 o 30 mil) y un amigo con su cámara (Quitale varios millones, porque la amistad no tiene precio). Sí… la verdad es que la mejor forma para hacer tu película es “Entre amigos”… Es decir, una mezcla entre el modo cooperativo y el modo cine recursivo.
La segunda decisión correcta fue “decir No”. Por ejemplo, dije “no” a las actrices que plantearon conflictos Incluso si se mostraron interesadas o lo mucho que me hubiesen interesado trabajar con ella como actriz.
Un amigo me prestaba su Dolly y una grúa, pero el espacio donde podía rodar era muy pequeño y no tenía cómo pagar asistentes para mover estos equipos tan pesados, lo cual implica mínimamente alimentación, transporte, esto sin contar el tiempo que pierdo montando y desmontando los equipos que finalmente se traduce en dinero que no tenía.
También dije “NO” a las luces que me prestaron, porque tendría que haber contratado una planta eléctrica lo cual implica MÁS dinero, otras dos personas más y varios días de demora.
Aquí tengo que aclarar una cosa; tenía mucho más de lo que tienen algunos para hacer su película. Actores, equipos gratis, y personal técnico de primera línea trabajando a una fracción de su costo comercial sin embargo, decirle a todo esto que “NO” representó realmente poder llevar la película a un nuevo nivel.
Entonces… ¿Qué fue lo que hice?, pues sólo existe algo en el mundo que es capaz de reemplazar el dinero: La creatividad.
Tuve que “Fabricar mis propios equipos a la medida de mis dificultades”.
Por ejemplo, descubrí un tipo de luces industriales para iluminación de vitrinas llamada “Metalar”que alcanza un 95% de lo que logra un HDM, pero consume una décima parte y cuesta una centésima parte… también me tuve que inventar un sistema de Doly que cupiera dentro del cuarto, grabar desde espejos para ampliar la profundidad de campo y darle un look cinematográfico a un lente de video. También construí una grúa compacta para aumentar los factores de producción en la película.
¿El personal? entrené a unos obreros que estaban arreglando la cañería en la casa y con la ayuda de mi amigo, Alejandro Ardila (la persona con más experiencia en un set cinematográfico durante la producción) , esto sumado a unos pasantes, finalmente logré sacar adelante la película.
¿La historia? Surgió de un sueño (Algunos dirían una pesadilla) que tuve inspirada tal vez en otra película que rodé meses atrás Llamada “Entre Sábanas” de Gustavo Nieto Roa. Mi película, Volver a Morir es un thriller psicológico de encierro (close inn) con estructura de Loop de tiempo que cuenta la historia de una mujer que despierta con un asesino y regresa en el tiempo para repetir los hechos una y otra vez. Quise hacer un ejercicio basado en sólo dos personajes en un espacio indeterminado, una sola locación y acciones psicológicas al límite.
Esto sin darme cuenta fue un gran acierto ya que enfocó todos mis esfuerzos en la narración y permitió que la película ofreciera los valores que público y los distribuidores esperaban. Es decir, puse a trabajar todas las limitaciones a favor del producto.
De todo esto, tal vez puedo recalcar el consejo más importante que puedo dar, y tal vez el más útil si quieres hacer realidad tu película: “Asegúrate de ajustar el guión a la producción, no al contrario”
Aprendí tres máximas fundamentales que uso para revisar mi proyecto antes de rodar:
- Si quitas un personaje o un elemento y la película funciona, entonces no es necesario.
- Todo lo que esté en el guión por capricho, o por interés personal “Debe ser revisado sin excepción”
- Toda inversión que no aporte un factor de producción debe ser revisada porque cada peso se debe “ver” y si no, entonces fue plata perdida.
En volver a morir “intuitivamente” me ajusté a estas tres máximas, pero admito que fue realmente por suerte, la suerte de “no tener el capital que necesitaba”. Creo que la parte final para completar la ecuación es: “la mejor forma para tomar las decisiones correctas es dejarse llevar y aceptar tus limitaciones”.
Si…. Es realmente duro aceptar la verdad pero gracias a esto tomé un camino que funcionó, y que a su vez marcó todos mis estándares de producción en adelante. Tal vez si hubiese tenido libertades ilimitadas hubiese aprendido a trabajar de otra forma, no lo sé, lo único importante es que salió bien, sin embargo, esto no quiere decir que no cometí errores.
Mi primer Error: No tener claro realmente a dónde va tu película.
Usualmente todos los directores novatos nos basamos por cifras abstractas sin fundamentos y conceptos genéricos como “El terror es taquillero”… y es que simplemente estás buscando una excusa para hacer tu película y no analizas tus realidades, o por lo menos nunca lo haces bien a fondo, por ejemplo; nunca te preguntas cosas como: “ a qué nicho de mercado le puedes apuntar” y ni siquieras te preocupas (o preguntas) “qué quiere ver tu público”. Hay tres trucos antes de definir tu película.
- Busca por lo menos tres referencias, películas en las cuales te puedas basar. En publicidad decíamos “Copio para mejorar”, en cine decimos “Me inspiró para ir más allá”
- Estudia a fondo cómo las hicieron, qué funcionó y qué errores cometieron, discute tus conclusiones con diferentes personas, idealmente con los quienes representan directamente tú público
- Intenta crear a partir de lo que prendas. (Esta es realmente la parte más difícil)
El error más común que cometerás es querer “Innovar a toda costa”. El problema de intentar ser diferente es que ponemos toda nuestra energía en algo que puede simplemente “no ocurrir” cuando el primer objetivo “SIEMPRE” debe ser cumplir los estándares mínimos y luego de esto, lo que puedas conseguir por encima “es ganancia”.
El segundo error “no tener clara cuál es mi mayor fortaleza”.
Tal vez el consejo adecuado puede ser “Acepta tus debilidades” pero el truco es afilar el hacha sólo por el lado que la vas a usar. En mi caso, yo era el que había inventado y fabricado los soportes para la cámara y por lo tanto el que mejor podía manejarlos. En los primeros días de rodaje terminé tomando el control de la cámara, entonces, me tocó buscar alguien que me apoyara con los actores, por una máxima que debería estar tatuada en alguna parte de tu cuerpo: “Por lo urgente nunca descuidar lo importante”. El mejor consejo que puedo dar es “Descubre en qué eres realmente bueno y delega el resto”
El tercer error: “Pensar que el rodaje es la parte más difícil de la película”.
Si realmente quieres sacar la película adelante deberás pensar de forma inversa, “Dónde y quién verá tu película” para basado en esto definir “A quien se la venderás” y ahora si, poder determinar cómo, con quién y con cuanto puedes rodar. Tal vez el mejor consejo que puedo dar aquí es “No hagas una película si no sabes a quién se la vas a vender”
El cuarto error: “Creer que sabes”.
He de admitir que rodar 200 comerciales en video te hacen pensar que sabes hacer cine, de hecho rodar “una o diez películas te hace pensar que sabes” y la verdad es que “Nunca sabes lo suficientes para afrontar una película”. Siempre que te pongas frente a una producción tendrás dos caminos; verlo como un trabajo o como un reto. Si lo haces mecánicamente, por dinero o costumbre, entonces estás enterrado, pero si por el otro lado, incluso frente al proyecto más rutinario, intentas aportar algo nuevo, entonces estudiar es el mejor camino para lograr hacer algo que realmente sea mejor.
Pero definitivamente el error más letal de todos los errores que puedes cometer es:
“Hacer tu película para probar que puedes hacerla”.
Es lo que te responderá todo guanabe de director cuando le preguntes ¿Por qué quieres hacer esta película?… Tengo que admitir que este fue el primer motor que me empujó adelante y claramente es un motivador realmente poderoso, pero es una estupidez de base. Es como decir “Voy a probar si soy capaz de enamorarme”, si no lo tomas en serio, entonces al final te harás daño a ti y a otra persona.
No… el cine no es de aguas tibias, o te entregas o te entregas y solo los tontos o lo genios hacen una película como experimento personal (Averigua que tan genio eres antes de tomar este camino). Si has decidido hacer una película es “Porque la vas a hacer” y además sólo si intentas hacer algo que “cambie la historia” lo lograrás… y si no lo logras, en el peor de los casos te queda una buena película. El mejor consejo que puedo dejar de todo esto es: “Haz tu película en serio y nunca olvides que serás tan grande como la vara con la cual te midas”
El miedo a fracasar es el motor más fuerte que existe, aprovéchalo
No conozco un cineasta que no sea obstinado y creo que esta es una de nuestras mayores cualidades. Avanzar, tropezar, seguir avanzando, sin tener nada claro, con el viento en contra pero no importa, ir adelante… Sin embargo, nunca admitimos que en todo momento, el miedo nos guia. Si te dejas dominar por él te lleva al camino de la mediocridad porque el miedo te hace defenderte, imponer tu concepto, tu voluntad o tus deseos por encima de los demás, ese sentimiento que te hace sentir que eres superior y que tienes eso que que se necesita para lograrlo, esta es precisamente tu área de confort, pero no es más que un mecanismo natural de defensa que terminará siendo tu propia muerte.
El productor siempre tiene miedo a perder el control de la película, el director tiene miedo a que alguien en su equipo muestre que tiene más talento que él, el actor tiene miedo de no ser el gran actor que dice ser y el camarógrafo tiene miedo de no llegar a ser un director, es por esto que un rodaje siempre será tripulado por una marea de egos descontrolados.
Sin embargo, este miedo genera competencia lo cual hace que todos avancen. El mejor consejo que puedo dar es “No dejes que tu miedo domine tu ego, intenta lo contrario”.
Lo paradójico en todo esto, es que tus miedos son tu mejor herramienta, tu arma más poderosa, y el recurso que te permitirán ir más allá. Te alimentarán cuando tu cuerpo ya no tenga energía y te defenderán con Furia asesina frente a las dificultades, pero para esto debes aceptar que los tienes, porque si los niegas, simplemente te van a devorar desde adentro.
Si… Esta película marcó mi destino y muy en buena medida dio las bases sobre las cuales se construyó la comunidad cine recursivo, pero esta No nació de los descubrimientos sino de la necesidad por protegerlos… Pero Este es el tema del siguiente capítulo…