“ESTO YA NO ES UN LIBRO” … es un experimento que surge de esa tarde con té y pastelitos “Hace algunos días” discutiendo los primeros capítulos que monté en la web con un gran amigo que me propuso algo insólito:
El nuevo punto de partida
Hace algunos días tomando té y pastelitos con un amigo… si, se que algo está mal, no se imaginan cuantas veces he intentado hacer la introducción a este libro y se que suena raro empezar con “Hace algunos días” porque se asume que alguien leerá esto mucho tiempo después… pero este no es el caso, de hecho… este no será el inicio del libro porque seguramente lo voy a cambiar y de hecho…. “ESTO YA NO ES UN LIBRO” … es un experimento que surge de esa tarde con té y pastelitos “Hace algunos días” discutiendo los primeros capítulos que monté en la web con Fernando Vicario, un gran amigo que me propuso algo insólito:
- Miguel… ¿Por qué no sigues la línea de tus proyectos y conviertes tu libro en un experimento social en las redes? –
Pues de aquí en adelante, acepto el reto, lo voy a intentar sin mayor pretensión, sin importar qué pase….
¿Cuál es este experimento??? Voy a arrojar los textos a internet para que entre todos lo descuartizemos y los discutamos para convertirlos “colectivamente” en una herramienta realmente útil para otros cineasta, todo esto siguiendo la misma línea de mis otros proyectos…
Y…¿Cuál es esta línea?…
Bien… desde hace algunos años he transformado mis clases en un proyecto ambicioso, loco y obstinado: “hacer una película con mis alumnos durante mis talleres” de lo cual ha surgido un método para hacer cine gracias a procesos de creación colectiva cuyos resultados hablan por sí solos… y que muy en el fondo, son el motor para hacer este libro.
Y entonces… ¿Cuál sería el método para hacer un libro de creación colectiva?
La verdad es que “no lo se” pero es precisamente lo más interesante de todo esto… las reglas se irán montando sobre la marcha, pero si tengo claro que usaré el mismo método que he usado en la película: Poner TODO sobre la mesa: lo bueno, lo malo, lo loco, lo absurdo, lo convencional e incluso lo que parece verdad y discutirlo abiertamente entre todos… luego simplemente elegir lo que mejor funciona junto como quien arma un rompecabezas.
Esta misma tarde con Fernando también descubrí que es más interesante la discusión sobre el libro en redes que el libro mismo. Fernando dice (y tiene mucha razón) que es porque existe un interlocutor, alguien que está en contra de mi postura y esto hace más rico el relato. En buena medida, el plan de arrojar estos textos como carne en un pozo lleno de cocodrilos es precisamente crear este diálogo y darle voz a los que están en una postura contraria…
Aquí he tenido que confrontar cosas realmente duras… He de admitir que este es por mucho el reto más difícil que he emprendido en mi vida, porque me ha costado replantearlo todo constantemente y a niveles muy profundos.
¿De qué lado estoy? ¿Realmente mis aportes son útiles? ¿Cuál quiero que sea mi legado… o mejor dicho ¿Qué quiero decir?
Tengo que admitir, que si esta fuera una película… claramente… “Yo sería el Antagonista”
En la película del cine, los verdaderos protagonistas deberían ser quienes trabajan para construir una industria, que intentan dignificar su labor y luchan por valorar su trabajo en tarifas justas. Los que pelean porque sea un oficio respetado como cualquier otro… tener seguridad médica, pensión, todas esas cosas amarradas al mundo real.
Claramente, esto es más que respetable, incluso, he de admitirlo “Es lo correcto”, pero no es mi camino.
Si… me ha costado mucho admitirlo. Hoy, aquí, desde este nuevo punto de partida tengo que comenzar aceptando que mi postura es peligrosamente destructiva a todos ellos. Si me ponen a elegir entre RESULTADO o PROFESIONALISMO me iré mil veces por el lado del resultado, porque para mi, lo único que importa es la OBRA.
Claramente estoy del “lado opuesto” porque NO CREO en la industria y la combato ferozmente. Creo firmemente que el cine “DEBE SER ARTE”, y la labor nunca debería estar valorada por encima de la obra.
Se que esto suena bien, como algo que nadie puede objetar ya que es básicamente un punto de vista que no debería ser contradictorio, pero aceptémoslo, en la práctica, sí lo es. Cuando otros dicen: “Hay que luchar por consolidar una industria cinematográfica nacional” yo digo lo contrario; “Hay que alejarnos del camino industrial para hacer arte” y cuando otros dicen “Debemos luchar por nuestras tarifas y nuestros derechos” yo digo “Saquemos el dinero de la ecuación y trabajamos cooperativamente sumando talentos de forma independiente para hacer arte”.
Tal vez el problema aquí es que todo lo que digo suena realmente “Bonito” pero antes de encender las antorchas y salir a cazar monstruos conmigo existe una realidad que tengo que admitir, y es que cada vez que veo mi nevera vacía dudo en si estoy en el camino correcto. Este es un camino duro y espinoso que sólo si eres un genio y tienes vocación de mártir deberías tomar.
Este es un buen momento para colocar la misma advertencia que ponen todos lo programas de retos estúpidos y absurdos “Por favor no intentes esto en casa” … Aquí quiero ser muy claro porque no pienso engañar a nadie: Pese a todo lo que he logrado, no soy ni el más apropiado y ni el mejor calificado para recomendar los caminos del éxito.
Por esto prefiero enfocarme, en los errores que he cometido, porque honestamente, creo que son constructivos para otros y lo más poderoso que tengo para aportar; porque tal vez detrás de ese muro que yo mismo no fui capaz de traspasar se encuentra el éxito que otro cineasta está buscando, en la misma forma que yo he encontrado mis propias respuestas hurgando donde todos decían que no había nada.
Este es un buen punto de partida… ¿Estás de acuerdo?…