Sin embargo…
he de admitir que yo mismo fui uno de estos caníbales…
¿Por qué Cine Recursivo?
Gracias por elegir la píldora azul… continúo
… o ¿ Prefiere tomar la píldora roja?
Alguien me dijo una vez: “Miguel, ¿Tomaste el nombre Cine Recursivo porque cineindependiente.com ya estaba tomado?… Un click extraño en mi cuello torció mi cara un instante con una mueca rara, luego no sabía si darle la mano o un puño en la nariz, lo que si no pude en ese momento fue explicarle qué o porqué “Cine Recursivo”, de hecho, empecé a recapitular de dónde sale este nombre y descubrí que no se lo puse yo, en realidad surgió de la gente que me buscó para poder hacer sus películas. Algo así como “Tienes dos caminos: Hacer la película de la forma correcta, o busca a Miguel y hazla recursivamente”.
Cuando dices “Recursivo” automáticamente llega a tu mente “sin presupuesto” o “Mal hecho”… en el mejor de los casos “Hecho de forma truculenta”. Esto es algo con lo cual he luchado y lucharé toda mi vida hasta que la recursividad se gane ese lugar que se merece; es la cualidad más grande que puede tener un creador, es “Hacer MÁS desde menos”… tomar algo (No importa qué) y llevarlo a un nivel excepcional. Para explicar de dónde sale todo esto, indefectiblemente debemos regresar en el tiempo nuevamente… lo siento.
Los 90´s – celulares como ladrillos, modems telefónicos, fax, Atari… – he de admitir que esta fama de recursivo la tengo desde que tenía pelo (y era largo) andaba en un BMW y vivía de la publicidad (si es que A eso se le puede llamar vida). La recursividad recursividad es un estigma que me ha causado muchos problemas. Siempre me han puesto apodos como “McGiver, o Giro sin tornillos”. En las agencias decían, “si no tienes presupuesto, ni tiempo y necesitas algo espectacular, busca a Urrutia”.
Nosotros llamamos a este tipo de trabajos “Incendios” y es una analogía muy buena; todos los creativos, juniors y copies corriendo como gallina sin cabeza y a nadie se le ocurre qué hacer. Yo era bombero destacado, pero también especialista en “Chicharrones”, lo último y más complejo que queda del incendio cuando otros bomberos terminan quemados y todo se consume hasta que ya no hay nada que hacer… aquí decían OK, llamen a Urrutia.
Si… se que esto suena como un gran honor, incluso algo divertido, pero no lo es. Lo realmente triste en todo esto es que cuando el cliente tiene el tiempo, el presupuesto y todo lo bueno, tu no estás en su mapa y termina contratando al director “Costoso, complicado caprichoso y de moda”… Hay que aceptarlo, ser talentoso y capaz no es un requisito para “cotizarte” en el hermoso mundo de la publicidad… ¿Quieres surgir? “Haz fama y échate a dormir”.
No… yo me convertí en lo que los productores llaman “Recurso de última opción” y esto fue en parte lo que me alejó de este mundo, el hecho que por estar especializado en “Chicharrones” nunca encontré el espacio para hacer algo que valga la pena.
Creo que existe un número de comerciales de televisión límite antes de perder tu alma y tu cordura. 250 comerciales comerciales animados fue mi límite, fue cuando las crisis me llevaron a entender otra cosa: si tienes una empresa y tienes que trabajar de noche para garantizar la nómina de tus empleados entonces “Algo estás haciendo mal”.
Otro consejo que si te puedo dar, es; si deseas ser exitoso en publicidad debes guardar la mitad de lo que te entra para pagar una oficina costosa, cenas y fiestas… y la mitad de tu utilidad para cubrir ese comercial que te hace perder plata. Es decir, si quieres que tu empresa funciona, debes costear un 150% por encima de lo que realmente cuesta, o tu empresa se hundirá en pocos años, no importa lo creativo que seas, eso es una regla.
Por ejemplo, Tuve una casa de Co-working donde alcanzaron a trabajar 30 animadores, lo cual es algo muy lindo cuando hay flujo de proyectos, pero cuando no… es la muerte. El hambre saca lo peor de los seres humanos, además, los animadores son probablemente el gremio más desagradecido que existe en el mundo. Yo tenía un dicho: “Cría animadores y te sacarán los ojos”, claro está, no todos son engendros diabólicos, de hecho sólo algunos pocos; los suficientes para perjudicar el gremio igual que pasa con los taxistas. Al hacer la retrospectiva de la tragedia de mi vida en puntos críticos siempre llego ese animador que formaste, que se roba tu cliente y que habla mal de ti y de otros para intentar construir su propio prestigio dejando un rastro de cuerpos canibalizados a medio morir…
Sin embargo, he de admitir que yo mismo fui uno de estos caníbales…
Vamos unos años atrás, justo cuando entré en este mundo… recuerdo el único día en mi vida que casi tomo el camino de ser un empleado… bueno, realmente no fue un día, fue una noche, en la madrugada, luego que nos tomáramos dos botella de aguardiente con Nelson Ramirez en su oficina, el día que aprendí tal vez los dos consejos más importantes que alguien te puede dar en el mundo de la publicidad.
Nelson fue sin duda la figura más sobresaliente de la animación en Colombia y el más grande precursor técnico que existió. antes de terminar la segunda botella y antes de hacerme “Esa propuesta de trabajo que me iba a hacer” me dijo: “Te voy a enseñar dos cosas, la primera, no confìes en nadie, este medio es muy hijueputa... “y la segunda; “Eres tan bueno como tu último trabajo”.
Yo tenía unos 20 años, era apenas un joven animador empezando con grandes sueños y este hombre era mi entrada a las grandes ligas (o por lo menos así lo parecía), entonces, una lágrima en su ojo me hizo entenderlo todo, me mostró algunas viñetas de un cómic que empezó a dibujar cuando adolescente; el detonante inspirador que lo llevó a ser animador y meterse en ese mundo que finalmente le cortó las alas para dejar su sueño enterrado en el escritorio debajo de una botella de aguardiente. ¿Pudo Nelson ser el Stan Lee Colombiano? nadie lo sabrá jamás.. pero por dios que tenía talento…
Nelson tenía razón, la publicidad es un lago lleno de tiburones y el más grande muerde más duro, sin embargo, ese era el pozo al que yo quería entrar, Nelson me dijo, aquí está la puerta, la abrió pero justo antes que yo pasara la cerró en mi nariz. No Miguel, no eres pez para esta pecera, no te puedo contratar, porque tu camino está allá afuera y en pocos años tu mismo me estarás siendo mi competencia directa.
Me sonó absurdo, pero sí, tenía toda la razón, pocos años después cerró, porque yo y una nueva generación de animadores con equipos más económicos e ideas frescas dejamos sin comida a todos los animadores jurásicos y terminamos alimentándonos de sus propios restos para seguir adelante en ese camino que ellos construyeron durante años.
Un día, en un bar llamado Kaliman, Carlos Duque (Ya con algunos ginebras en la cabeza) me dijo – “Miguel, tú y yo somos Vampiros” – , yo le dije – No, somos caníbales. – Carlos me respondió… – -¿Lo dices por el hambre creativa que sientes?… no tú no estás aguantando hambre, tú estás aguantando ganas –
La segunda vez que me vi con Nelson yo estaba trabajando con los distribuidores de Commodore Amiga para Colombia, y pese a que llevaba en mis manos la tecnología que se impondría, quedé hipnotizado como una polilla en torno a una vela cuando me paré en frente a “El Personal INDY de Nelson”, el computador más galáctico que vi jamás, Lila, sci-fi-hiper-futurista, la primera pantalla plana que tuve frente a mi nariz, una nave espacial de 250 mil dólares. Sin embargo, el computador gris y ordinario que le llevé ese día costaba sólo 4 mil, pero era varias veces más eficiente. La tercera vez que fui, el Personal INDY estaba trancando una puerta (literalmente) y la salud de Nelson empezaba a quebrarse.
Si… Nelson y todos los animadores clásicos fueron devorados en el cambio y sus restos sirvieron para guiar a los jóvenes adelante… es muy trágico pero cierto. “Eres tan bueno como tu último trabajo”.
Por eso me pasé al cine. La publicidad es hacer pequeñas obras de arte efímeras que desaparecen como las luciérnagas en la noche. En Cambio el cine es eterno, o por lo menos quiero creer que el buen cine así lo es.
El día que cerré la empresa, que le regrese las llaves al de la inmobiliaria y me despedí de un abrazo con los socios, ese día me sentí realmente libre. Nuevamente me senté frente al computador y empecé a “crear”… si… lo admito, nunca volví a ver dinero junto, pero lentamente recuperé mi alma, y la motivación por hacer lo que amo.
Fue una decisión trascendental que cambió mi vida por completo. Decidí que el mejor camino para conseguir mis sueños, era vivir con poco para lograr mucho, esto parte de una frase que un día me dijo un hermano “El que poco necesita todo agradece”
Pues me tocó empezar a trabajar para la BBC (Bodas Bautizos y Cumpleaños), ese oscuro y triste pozo al que cae un productor de comerciales en decadencia, el escaño más bajo y miserable en la industria de la publicidad… Pero si algo me aportó este momento de crisis fue que aprendí a “realmente” ser recursivo:
En las cámaras, encontrar “esa cámara casera que le logra competir a las “ de verdad”. En los soportes, pues bueno, el presupuesto de la BBC no alcanza para comprar equipos, los tienes que fabricar tú mismo y con respecto a el personal, bueno, si quieres que te quede algo te toca reducir gente, incluso trabajar solo. Si… es triste y doloroso luego de chasquear los dedos y mover ejércitos con camiones de luces tener que entrar por la puerta de atrás cargando tu mismo los equipos… pero lo más importante que aprendí de esta época es que la libertad tiene su precio y que de nada te sirven tus sueños si estos son baratos o fáciles porque lo que realmente vale… cuesta.
Para estos momentos, todavía vivia escondido tras el blof del mercado… cuando mostraba mi trabajo, nunca admitía como lo había hecho… ¿Qué cámara usaste? acaso rodaste con una Cinealta? — Claro! (cuando realmente trabajaba con una cámara prosumer). ¿Usa dolie Matheus o una Phanter?… no, es una marca alemana (Mentiras que yo lo había hecho). Tengo en el cementerio de cámaras una de cada una de las cámaras emblemáticas del cine ultra-independiente, La AG100, la VX200, la L1, la XL1, la P2, la D90, La 5D…
Tal vez lo más dañino que tiene el mundo de la publicidad es que te obliga a pensar de forma industrial y materialista, Esto es muy claro cuando entendemos la mecánica del negocio, Veamos la receta:
- Si tengo una cámara que cuesta 25 mil dólares, se calcula su costo de alquiler en el 1.5% de su costo, es decir, unos $375 dólares al día (Full tarifa). Por esto la receta es “Mayor inversión en equipos = Mayor utilidad”
Todo esto genera una filosofía errónea y enfermante: “Entre más caro, MEJOR”.
Es posible que en los 90’s esto fuese cierto, y claro, cómo no. Una caja de lentes de 2 millones de dólares era “Miles de veces mejor” que el lente integrado de una cámara de video casera, sin embargo, esta misma caja de lentes hoy solo es (si al caso) “una decena de veces mejor” que la lente integrada de un celular… e incluso, es común que algunos fotógrafos (yo entre ellos) prefieran las ópticas de fotografía análoga antiguas que se desempeñan mucho mejor en aspectos artísticos y cuestan “Miles de veces menos”.
La verdad es que el celular que tengo en mi bolsillo tiene 64 veces más resolución que la cámara con la cual hice mis primeros comerciales y un procesador 100 veces más poderoso que el computador con que trabajé animación diciendo comerciales de televisión tan solo 20 años atrás. Hoy los estudios suntuosos que eran grandes templos tecnológicos son bodegas olvidadas y los equipos “basura” en alguna esquina.
Todo esto deforma tu mente, te lleva a pensar que “Necesitas A” para lograr “B”, pero esto es una mentira que ha construido la industria para que compres sus equipos y sigas en este juego multimillonario. ¿dónde estamos esos que necesitamos “F” para llegar a “X”?
La verdad, es que si quieres hacer una película sólo tienes tres caminos. El primero, vendes tu alma al diablo, bailas su vals y haces toda la tarea para conseguir el dinero, los equipos y la gente (El camino tradicional) el segundo, la haces con lo que tienes (el camino recursivo) y el tercer camino es muy simple, trabaja con tus amigos (el camino comunitario).
Esa fue otra decisión que cambió mi vida. “Hacer la película con lo que tenía”.
Esto se convirtió en un principio que empezó a crecer y definió los estándares que ahora aplico en mis propias producciones… lo que empezó a definir las bases para nuestra comunidad, pero al final del día…
Ser recursivo no se trata de hacer las cosas más barato. Se trata de usar la técnica para hacer cosas que no se pueden lograr de otra forma, se trata de aprovechar tu tiempo para trabajar con los actores, no perder días moviendo tripodes y cables. Se trata de “poder poner la cámara” en lugares donde no se puede con los soportes tradicionales. Se trata de moverte como cazador, buscar la toma, no construirla. Se trata de crear el espacio para que las cosas ocurran, pero esto es el tema del otros capítulos.
Ahora… ¿Ser recursivo garantiza ser exitoso?…